La demanda de productos orgánicos aumenta cada año en el mundo. Ya no se trata de una moda ecológica, sino que se ha convertido en un estilo de vida para los consumidores. Si el mercado partió con pequeños agricultores que experimentaban con técnicas naturales de cultivo, hoy la situación es diferente pues es una de las ramas más dinámicas de la actividad agrícola mundial y genera ganancias millonarias, especialmente en Europa y Estados Unidos. Se trata de uno de los sectores con mayor crecimiento y se espera que siga expandiéndose porque la demanda muchas veces supera a la oferta.
Hasta mediados de los años 90 el mercado orgánico era pequeño debido al alto costo de los productos. Había pocos productores, escasa distribución y poca confianza de los consumidores. Con el tiempo fue habiendo más información por lo que poco a poco comenzaron a cambiar los hábitos de consumo y se creó un nicho. En la segunda mitad de la década en Europa se produjo una crisis en el sistema de alimentación provocado por la enfermedad de las vacas locas y por la gripe aviar. Entonces se generó una crítica al sistema de producción convencional y mucha gente optó por lo orgánico. Aunque el mercado aumentó en el mundo, en el año 2001 el consumo de orgánicos representaba sólo el 3% con respecto a la venta total de alimentos, según un estudio de la FAO.
¿Por qué es buen negocio?
Los productos orgánicos son más caros de producir porque requieren un cuidado especial del suelo y de control de plagas. Ese valor agregado se traspasa a los consumidores que están dispuestos a pagar más por alimentos más sanos y cuya procedencia es conocida y certificada. Así el sobreprecio llega a ser de un 25% o 30% con respecto a los productos convencionales no orgánicos. Según datos del Ministerio de Agricultura, algunos productos en Europa se venden con un 100% o 150% de diferencia, como frutas frescas, carne y lácteos. Por todo esto la agricultura orgánica se está desarrollando en más de 120 países.
Las ventas aumentaron un 43% entre 2002 y 2005 y las ganancias alcanzaron US$ 33 billones. Se estima que para el 2010 alcanzará a US$ 100 billones. Estados Unidos, la Comunidad Europea (liderados por Alemania y Gran Bretaña) y Japón son los principales consumidores. La demanda es tan grande que importan la mayoría de los productos, lo que abre grandes posibilidades de negocios para los agricultores de países no desarrollados.
Los empresarios se dieron cuenta de que era un mercado rentable por lo que cada año aumenta en el mundo la superficie con cultivos orgánicos.
Hasta mediados de los años 90 el mercado orgánico era pequeño debido al alto costo de los productos. Había pocos productores, escasa distribución y poca confianza de los consumidores. Con el tiempo fue habiendo más información por lo que poco a poco comenzaron a cambiar los hábitos de consumo y se creó un nicho. En la segunda mitad de la década en Europa se produjo una crisis en el sistema de alimentación provocado por la enfermedad de las vacas locas y por la gripe aviar. Entonces se generó una crítica al sistema de producción convencional y mucha gente optó por lo orgánico. Aunque el mercado aumentó en el mundo, en el año 2001 el consumo de orgánicos representaba sólo el 3% con respecto a la venta total de alimentos, según un estudio de la FAO.
¿Por qué es buen negocio?
Los productos orgánicos son más caros de producir porque requieren un cuidado especial del suelo y de control de plagas. Ese valor agregado se traspasa a los consumidores que están dispuestos a pagar más por alimentos más sanos y cuya procedencia es conocida y certificada. Así el sobreprecio llega a ser de un 25% o 30% con respecto a los productos convencionales no orgánicos. Según datos del Ministerio de Agricultura, algunos productos en Europa se venden con un 100% o 150% de diferencia, como frutas frescas, carne y lácteos. Por todo esto la agricultura orgánica se está desarrollando en más de 120 países.
Las ventas aumentaron un 43% entre 2002 y 2005 y las ganancias alcanzaron US$ 33 billones. Se estima que para el 2010 alcanzará a US$ 100 billones. Estados Unidos, la Comunidad Europea (liderados por Alemania y Gran Bretaña) y Japón son los principales consumidores. La demanda es tan grande que importan la mayoría de los productos, lo que abre grandes posibilidades de negocios para los agricultores de países no desarrollados.
Los empresarios se dieron cuenta de que era un mercado rentable por lo que cada año aumenta en el mundo la superficie con cultivos orgánicos.
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