Hacia rutas salvajes

(Foto: Christopher McCandless)

“Into the Wild” o “Hacia rutas salvajes” de Jon Krakauer es un libro que todo amante de la naturaleza debería leer.


Christopher McCandless era un joven idealista que sentía un vínculo especial con la naturaleza y un desprecio por las posesiones materiales. Influenciado por las lecturas de Thoreau y Jack London, entre otros, decidió abandonar la ciudad e irse a recorrer Estados Unidos. Luego de graduarse de la universidad regaló todo su dinero y se fue a vivir al desierto. Se hacía llamar “Alex Supertramp”, algo así como un súper vagabundo. Alternó periodos en los que vivía solo, sobreviviendo con lo que encontraba en la naturaleza, y otros periodos en los que para ganar dinero trabajaba en la granja de un amigo. Después de vagabundear dos años se fue a Alaska para vivir en “lo salvaje”, donde viviría su última aventura y moriría por inanición (algunos sostienen que murió por comer una planta venenosa).
El periodista Jon Krakauer conoció la historia de McCandless y publicó este reportaje para la revista Outside. La historia fue tan impresionante que a la revista comenzaron a llegar cartas de personas que consideraban al muchacho un héroe romántico y una inspiración, mientras que también llegaban cartas de personas que lo consideraban un irresponsable y que temían que su imagen inspirara a más personas a hacer lo mismo. Una de las cartas fue de un anciano que conoció a “Alex Supertramp”, lo que motivó a Krakauer a seguir investigando. Tiempo después publicó este libro, en el que reconstruye la vida y la travesía de McCandless.
También hay una película que se llama igual y que cuenta la historia. El mismo Krakauer asesoró a su director Sean Penn.
El libro se transformó en un éxito de ventas. Debería estar en cualquier buena librería. En Santiago cuesta menos de $5000. Para los que lo encuentren caro también está en la Biblioteca de Santiago y en casi todas las bibliotecas universitarias.
Si quieres un ejemplo de la escritura de Thoreau que inspiró a McCandless lee esto. Si quieres un ejemplo de la pluma de Krakauer y de buen periodismo pincha aquí.